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Discurso, leido por el Presidente, Excmo. Sr. D. José Canalejas y Méndez,
en la Sesión Inaugural del Curso de 1894 a 95, celebrada el 10 de Diciembre de 1894,
de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
ASPECTO JURIDICO DEL PROBLEMA SOCIAL. de José Canalejas y Méndez.
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población; aparte de nuestra aversión a la vida solitaria en el campo, ¿por qué no ha de considerar el gran propietario y el Gobierno que todos los recursos permanentes del país los produce la familia agricultora? ¿No valdría más fomentar su bienestar, dedicando algo de lo mucho que se disipa, al alivio del labrador, para que el trabajo de la población rural diera satisfacciones y riqueza al país? López Martínez dice en su obra sobre el absentismo: Cuando no está ligado el bracero al suelo natal con un lazo estrecho de interés y de afecto y fija su residencia donde momentáneamente se ofrece mayor estipendio a su trabajo, el grito de la patria llega muy atenuado a tus oídos. El obrero agrícola sufre más resignado las adversidades alejado de los grandes centros; educado en el trabajo y fortalecido por la templanza, no conoce el vicio ni tiene que vencerse para ganar el pan con el sudor de su rostro. Aparte los escasos medios de alimentación, la vivienda por lo general imposible hace aún más dura la existencia y extrema mas los rigores de la sobriedad del proletariado agrícola; cualquier tugurio es mejor que la vivienda agrícola; las enormes piedras de las célticas viviendas de El Bellón en las cercanías de Madrid y las toperas de Villarejo, donde falta ventilación y luz y la hediondez demacra la mas resistente naturaleza, dan idea de la habitación del jornalero en la mayor parte de las provincias españolas; la falta de pan y de instrucción hacen del obrero labrador una bestia de carga, sin con-ciencia de su fuerza y de su valor y sin más respetos que los impuestos por la creencia religiosa. ¡Desdichados de todos el día que los amortigüen la miseria y comiencen a dudar de su Providencia! Se resiente el trabajo de las pésimas condiciones de habitación y nutrición, y la holganza es mayor por hambre que por perversidad moral. No tiene límites ni especialización el trabajo de la familia agrícola en el campo; todos hacen lo que pueden, según la época, y las faenas se reparten por su rudeza entre el hombre, la mujer y el niño; las pequeñas industrias agrícolas podrían mejorar y hacer más lucrativo el trabajo de la mujer y el niño, y donde como en Valencia, Murcia, Aranjuez, Granada, etc., existe el cultivo hortícola, la mujer, vendiendo los productos de la huerta y suprimiendo todos los intermediarios, da el beneficio total a la familia agricultora. Las instituciones de crédito agrícola en Europa son numerosas. Figuran en Alemania tres clases bien distintas; la más antigua se compone de
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