Discurso, leido por el Presidente, Excmo. Sr. D. José Canalejas y Méndez,
en la Sesión Inaugural del Curso de 1894 a 95, celebrada el 10 de Diciembre de 1894,
de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
ASPECTO JURIDICO DEL PROBLEMA SOCIAL. de José Canalejas y Méndez.

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1.200 asociaciones de crédito que producen grandes beneficios, y cuyos propagadores, el doctor Zilla y el doctor Market, han tomado como base los Bancos Schultze Delistch y Raiffeisen.
Dinamarca ha resuelto el problema del crédito agrícola por medio del crédito hipotecario, gracias a la gran división de la propiedad y al gran número de propietarios cultivadores que cuenta. La ley de 28 de Mayo de 1880 creaba dos Bancos, cuyos préstamos debían beneficiar solamente a propietarios de inmuebles cuyo valor no llegase a 4.000 coronas; el interés es el 4 por 100, y pueden emitir obligaciones libres de impuestos, al mismo interés garantido por el Estado, que paga además la tasación de las fincas y subvenciona los gastos de establecimiento: el bienestar de las clases agricultoras y los ahorros de que disponen han hecho casi inútil esta ley.
Los Bancos de Escocia sirven de modelo a todos los establecimientos de crédito de Europa, y las Sociedades cooperativas inglesas son las más prósperas y desarrolladas del mundo. Las circunstancias que permiten a las clases rurales utilizar el crédito resultan de las facilidades concedidas por los Bancos y de la situación especial del agricultor: los Bancos ingleses aceptan indistintamente los efectos comerciales y los reconocimientos de deuda, promissory notes. En Inglaterra se presta a todo el que es solvente, sin preocuparse de su profesión. Los Loan societies prestan pequeñas sumas a los pobres: en Londres los explotan usureros que aumentan la miseria del proletariado; en Irlanda, al contrario, rinden grandes servicios y constituyen asociaciones de beneficencia, no distribuyen dividendos, y sus ganancias se emplean en obras de pública utilidad. El derecho a percibir indemnizaciones por mejoras y los préstamos que el Gobierno concede para el saneamiento de terrenos por la ley de 1846, han favorecido el empleo de grandes capitales en el perfeccionamiento del cultivo.
Portugal , como España, experimentó todas las desdichas que hacen perder a un pueblo su antigua prosperidad; pero estas desgracias no han amenguado el honor proverbial de los portugueses, y su crédito agrícola pudo organizarse tan admirablemente como en Escocia, aprovechando las numerosas sucursales del Banco de Portugal.
Los productos de la desamortización, que importaron sesenta millones de pesetas por la venta del patrimonio de hospicios y hospitales, sirvieron a Andrade Corvo para fundar los Bancos de crédito agrícola; la enfiteusis es garantía suficiente para asegurar los pagos del capital e intereses. Los

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